Monday, August 27, 2012

Educación sexual

No entiendo por qué hay tanta santurronería cuando se toca el problema, no ya del sexo mismo, sino de la simpatía ingenua entre el macho y la hembra. No hablo de otras afinidades, las cuales, aunque muy naturales, son incapaces de producir gente nueva. La proliferación de ese tipo de relaciones destruiría el mercado de cunas y biberones, además podría crear serias dificultades para el desarrollo de la pediatría.

Pues bien, retomando el tema, es difícil de entender esa actitud mojigata de tanta gente ya que todos nacemos debido al sexo y por el conducto del mismo. Además nos pasamos la mayor parte de la vida con el entendimiento en los genitales.

No sé si podré concentrarme en la materia. Quería decirles que a pesar de la generalizada beatería, hay una gran diferencia entre lo que sabemos en nuestra tierra y lo que conocen de esta temática los habitantes del norte de Europa. Súbete a un autobús repleto en cualquier ciudad de Galicia y apachurra a alguna gallega bonita. Gústele o no, te forma un escándalo que se te quitan las ganas de hacer algo parecido por un tiempo prudente. Haz lo mismo en Suecia y verás que la dama ni se entera, aunque explotes. Sí, la educación sexual es distinta, pero los olores en el transporte público son los mismos. Sin ánimo de generalizar ni ofender, pero a muchos europeos les mortifica bañarse todos los días. Antes, recuerdo, no se bañaban tampoco, pero el olor era más orgánico. Ahora, con la globalización y los avances, le untan desodorante al sudor y el aroma es perfecto para interrumpir la respiración por un buen rato.

Parece que me he salido del argumento otra vez. Por esa misma falta de inteligencia sexual es que las suecas se sienten tan a gusto desnudándose en nuestras playas. A los pobres gallegos se nos saltan los ojos y nuestras brújulas muestran la dirección a un futuro de optimismo. Tienes que pensar rápido en cualquier bobería para evitar erupciones violentas que podrían ser mal interpretadas.

Pero bueno, no era mi intención meterme ahora en problemas de pirotecnia. En resumen, antes de que lo olvide de nuevo, yo estoy abogando porque en todas las escuelas de Europa enseñen como hacer nenes sin tener sexo. O, si no fuera posible lo anterior, al menos que expliquen como tener sexo sin hacer nenes. Y si, a pesar de los esfuerzos didácticos, nace algún angelito, ¡pues que lo enseñen a bañarse desde chiquito, jolines!

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